Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos países latinoamericanos tomaron partido en el conflicto. Brasil y Argentina ocuparon posiciones contrarias, lo que les acarreó consecuencias de distinto signo después de la guerra. ¿Qué premios y castigos dispensó EE.UU. a América Latina después de 1945?
Europa Occidental, la Unión Soviética, el Norte de África y el Extremo Oriente, fueron algunos de los frentes de la Segunda Guerra Mundial. Sudamérica no fue zona de enfrentamiento, pero sus naciones tomaron posición ante el conflicto. Argentina eligió el camino de la neutralidad.
"El pedido de Gran Bretaña en las dos guerras mundiales, pedido que fue casi una orden, era la neutralidad argentina porque Argentina era un muy importante proveedor de materias primas y de alimentos a Gran Bretaña. Gran Bretaña entendía que era mejor una Argentina neutral que una Argentina beligerante, porque de esa manera sus barcos podían seguir abasteciendo de carne, trigo, cueros", explica el historiador argentino Felipe Pigna.
En 1939 el Gobierno argentino oficializo la imparcialidad y mantuvo esta determinación hasta meses antes del final del conflicto. Paralelamente, Brasil siguó un camino diferente y se sumó a los aliados, lo que derivó en una combinación simétrica con EE.UU. que trajo consecuencias negativas para Argentina.
"Lo peor que le pasó a la Argentina en toda su historia fue que el desenlace de la Segunda Guerra Mundial fuera que el mundo terminara dividido en dos esferas de influencia con dos superpotencias, una de las cuales, la de hegemonía natural en Sudamérica, era justamente el país que nunca se llevó bien con la Argentina; y no se podía llevar bien con Argentina porque no se complementaba económicamente", opina el politólogo argentino, Carlos Escudé.
El ejército brasileño no participó en la guerra solamente con soldados. Paraguay envió 10 pilotos de la Fuerza Aérea para realizar tareas de vigilancia en el Atlántico Sur, un ejemplo de solidaridad de una nación que no quiso quedarse al margen del conflicto.
"La Segunda Guerra Mundial estaba en su apogeo envolviendo con su vorágine de muerte y destrucción de las más apartadas regiones del orden. El Paraguay, con vocación decididamente americanista, no podía sustraerse a las contingencias propias de la lucha y de las responsabilidades que tenía como nación libre y soberana", relata María Felix Zárate Franco, hija de un piloto paraguayo que participó en la Guerra.
Ser un país confiable para EE.UU. es una desgracia para el pueblo, y si no vemos lo que le está pasando a México, único aliado que tiene EE.UU. en América Latina, el único aliado por el ALCA, por el NAFTA. Es un país destrozado con 30.000 muertos desaparecidos con un narcogobierno. Eso es asociarse con EE.UU.
Después de 1945, EE.UU. recompensó la ayuda de Brasil contra los nazis, algo que se tradujo en un importante intercambio comercial. En cambio, los países que no se unieron contra el Eje afrontaron años de sanciones. Según Carlos Escudé, "EE.UU. puede dictar los destinos de todo el continente y de cómo se distribuye el poder y el desarrollo económico en ese continente". "Para Argentina durante la guerra y la posguerra fueron todas las sanciones, mientras que hasta que terminó la guerra para Brasil fueron todos los premios", agrega.
Por su parte, Felipe Pigna observa con el paso del tiempo que no gozar de la confianza de EE.UU. es sinónimo de dignidad en los vínculos entre Washington y Buenos Aires. "Argentina ha sido uno de los países menos confiables para EE.UU., y eso es algo de lo que nos tenemos que sentir orgullosos", cree.
Más allá de las consecuencias negativas, Argentina supo salir adelante tras la posguerra. La industria local creció desde la década de los 60 y se lograron recomponer muchas relaciones. Sin embargo, hoy se sigue discutiendo qué habría sucedido si se hubiera cooperado fuertemente con los aliados.
A 70 años del final de la Segunda Guerra Mundial, Argentina tiene opiniones encontradas en relación a la posición del país durante el conflicto. Mientras muchos sostienen que habría que haber luchado activamente contra los nazis, lo cierto es que la neutralidad de esta nación fue consecuente con la postura tomada en la Primera Guerra Mundial y durante la Guerra Civil Española.
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