Los exoesqueletos de nueva generación con blindaje líquido, 'Talos', parecidos a los de Iron Man, son diseñados por encargo del Mando de Operaciones Especiales de Estados Unidos. Se prevé que entren en funcionamiento por las Fuerzas Especiales del país norteamericano en 2018. El proyecto, denominado 'Traje Liviano para Operativos de Asaltos Tácticos' ('Talos', acrónimo de 'Tactical Assault Light Operator Suit'), será elaborado para las Fuerzas Especiales. Su meta principal es aumentar la fuerza y protección de los combatientes que cumplen tareas especiales y disminuir las bajas. La peculiaridad de este proyecto, consiste en que emplea materiales 'inteligentes'.
El exoesqueleto contará con alimentación autónoma, por lo que tendrá un pequeño motor que servirá para recargar las baterías. El motor funcionará sin ruido y con baja vibración debido a la ausencia de válvulas de asiento. A su vez, su pequeño tamaño se debe a que tiene solo dos piezas móviles: el eje y rotor. Para la protección balística de toda la superfície del cuerpo, diseñarán un blindaje líquido con un subsistema fisiológico capaz de ajustarse al cuerpo. El traje estará dotado con sensores que podrán controlar la temperatura del cuerpo, de la piel, los latidos del corazón, la posición y la proporción de agua en el cuerpo de un soldado. Además, el exoesqueleto Talos propiciará la baja visibilidad y tendrá varios sistemas de visión circular y nocturna incorporados. El blindaje líquido, diseñado por los científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), podrá transformarse de líquido a sólido en microsegundos, cuando se sufra el impacto de un campo magnético o corriente eléctrica.
Según los científicos, se emplearan en el dispositivo los fluidos no newtonianos —fluido cuya viscosidad varía con la temperatura y la tensión cortante que se le aplica—, como resultado, un fluido no newtoniano no tiene un valor de viscosidad definido y constante, como el agua, que se endurece solo bajo determinadas circunstancias. En vez de eso, será empleado el líquido de la nueva tecnología que se endurecerá en seguida a cualquier temperatura, una vez que suceda el impacto, disipando la energía masiva fuera de los órganos de un soldado y salvándole la vida. No solo el MIT se encargó de diseñar el proyecto. Así, otras empresas militares conocidas, como Boeing, Lockheed Martin, Raytheon y hasta deportivas como Adidas y Nike aportarán a la creación del sofisticado exoesqueleto. El costo del proyecto se estima en 80 millones de dólares.
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