El consorcio ruso Tejmash, especializado en el desarrollo de producción de distintas municiones, ha desarrollado una nueva gama de proyectiles para los cañones autopropulsados Koalitsia-SV.
El innovador cañón ruso autopropulsado Koalitsia-SV, que disparará proyectiles guiados desde el espacio, dispondrá de nueva gama de municiones, según el director general del consorcio Tejmash, Serguéi Rusakov.
"Muchos encargos de la cartera de pedidos de Tejmash se encuentran en la etapa de finalización. Esperamos obtener en los próximos dos o tres años una gama completamente nueva de municiones, incluyendo proyectiles de artillería", añadió el vicedirector general de la corporación, Vladímir Tíjonov, citado por el periódico ruso Rossiyskaya Gazeta.
Casi toda la información sobre esta pieza de artillería es clasificada, pero sí se ha desvelado que la dotación que la manejerá será de tres personas, que se situarán debajo del compartimiento en donde está instalado el cañón. El comandante y el artillero controlarán el sistema remotamente viendo la información necesaria por medio de pantallas.
La torre en la que está instalado el cañón es inhabitable, y es donde se encuentra el sistema de carga automática con 50 proyectiles de distintos tipos así como los elementos de puntería.
El proceso de apuntar está automatizado, lo que aumenta la cadencia de fuego hasta alcanzar los 16 disparos por minuto. Es más: esta pieza de artillería puede disparar en el modo 'andanada de fuego', en el que varios proyectiles lanzados como una ráfaga alcanzan su blancos siguiendo distintas trayectorias.
Y una de las innovaciones más importantes: las capacidades del sistema han aumentado significativamente mediante el uso de una nueva generación de munición. La oficina de diseños Kompas (que forma parte de Tejmash) ha logrado desarrollar unos proyectiles guiados basados en el sistema de posicionamiento global ruso GLONASS.
El módulo GLONASS se atornilla en lugar del detonador actual del proyectil guiado 'Kranopol-M' y, según los ingenieros de la empresa, tiene un coste de unos mil dólares. Esto lo hace mucho más barato que proyectiles estadounidenses guiados por GPS como el Excalibur, que cuestan alrededor de 80.000 dólares por unidad.
